Me saco la pintura de las uñas, mientras
tú lees un libro sobre el arte milenario de leer las manos.
-según
este libro yo tendría que ser abogado o algo así-
-¿por
qué?-
-porque
tengo una línea acá en el dedo que dice eso-
-mmmm,
¿no será una mugre?-
-nopo,
si sale un dibujo en el libro y es igual a la de mi dedo-
-pero
qué onda, ¿dice algo así como “si tienes una raya en el ollúo vas a ser
abogado”?-
-sí,
precisamente-
-mish,
de dónde sacaste ese libro oye-
-me
lo compré en la feria el otro día-
-oh,
cuándo fuiste sin mí-
-el
sábado, fui con mi mamá-
-pa
qué invitai-
-ay,
se me fue-
-se
te fue invitarme a mi panorama favorito: las ferias libres, buena onda-
-ya,
picota-
-cuando
vivamos juntos eso no va a pasar, iremos juntos a la feria y compraremos puros
cachureos para nuestra casa-
-vamos
a tener pura basura si vivimos juntos-
-dalo
por hecho-
Hay pintura en mis uñas que no puedo
sacar. Siempre me dejo la cagá. No aguanto mucho rato con las uñas tan de leidi.
-mira,
y tú no me dices nada- digo señalándote el horror
en mis uñas.
-me
gustan así, tú sabes-
-menso,
deberías fomentarme la femineidad-
-no
sé yo, encuentro que tienen onda tus manos así-
-te
gusta que no me ponga maquillaje, te gusta que ande chascona, te gusta mi rollo
en la guata, eres el peor pololo-
-soy
el mejor, en verdad, cualquier pololo te reclamaría por eso-
-sí,
en verdad eres el mejor, me dejas ser como soy-
-sí,
pero igual las axilas pelúas en mujeres son feas-
-ah,
nopo, si vas a ser tolerante debes serlo completamente-
-pero
nopo, son lindas las axilas de las mujeres-
-no
sé na yo-
-así
como axila de lady gaga, le comería las axilas enteras a ella-
-debe
tener un pene bajo el ala-
-jjajajaa,
idiota-
-te
acordai una vez que me pasaste la lengua por la axila?-
-obvio,
fue hermoso-
-que
asco, ¿tenía sabor a desodorante?-
-nopo,
acuérdate que venías saliendo de la ducha-
-deberías
hacer la prueba del amor y chuparme una axila después de correr una maratón-
-rico,
saladita-
-wacalaaaaaaaaa-
Dejas el libro a un lado, te acuestas y
miras el techo. Me pongo sobre ti.
-estaba
pensando un plan anti-aburrimiento-
-expláyate-
-cuando
hablamos de ir a vivir juntos, no te vi muy convencido-
-pero
si estábamos suponiendo nomás, no estábamos tomando una decisión-
-pero
igual, es como un semi-plan a futuro-
-sí,
pero no sabemos cuánto falta para eso, de hecho, creo que harto-
-ya,
pero filo, el plan igual se puede adaptar para ahora-
-y
de qué trata-
-es
un manual para que no te aburras de mí-
-que
eres mensa, por qué piensas que me voy a aburrir de ti, si eres la niña más
divertida de la historia-
-bueno,
quizás allá afuera hay otra niña más divertida que yo, y como te enamorarás, te
aburrirás de mí-
-ay,
pero eso es perseguirse por algo que nadie sabe si va a pasar-
-pero
puede ser-
-ya,
que fome el tema, de verdad-
-no,
pero mira…-
-no,
no quiero saber ni tu plan ni nada-
-no,
pero si es…-
-dije
que no, no me interesa- te volteaste hacia la
pared.
-que
taimado-
-no
es eso, pero ya es mucho esto de planificar las cosas, antes dejábamos que las
cosas pasaran nomás, vivir el presente-
-obvio
que lo hacemos, sólo era una lista de esas que me gustan hacer-
-fome
tu lista, mejor abrázame-
-no,
que lata, me voy-
Me paré, tomé mi bolso, te miré por si te
parabas a detenerme, nada. Abrí la puerta de tu pieza, salí y di un portazo (en
verdad no fue tan portazo). Bajo las escalas. No me ve nadie, salgo de tu casa.
Camino por la vereda, un gato me queda mirando al pasar. Reviso el celular en
mi bolso por si me mandaste un mensaje. Nada. Lo vuelvo a guardar. Veo el papel
con mi lista. Lo arrugo y lo boto. Sigo caminando. Me detengo, vuelvo hacia el
papel. Lo recojo.
-es
material útil el que contiene esta lista- pienso.
Lo guardo en el bolso y sigo mi camino. Hay unas escasas nubes en el cielo. Una
tiene forma de rinoceronte. Te hubiera gustado verla. Estúpidas listas, estúpidos
planes.