miércoles, 29 de agosto de 2012

Capítulo 44: La regla de la comida que se cae al suelo

El sol se entromete a través de la cortina y dibuja unas caras en el techo. Me hacen pensar en ese retrato hablado boliviano. Duermes a mi lado, con la almohada marcada en tu mejilla. Me acuerdo que esa es una de las cosas que te cargan y que no entiendes cómo aún no inventan unos protectores de rostro "anti-marcas de almohada". Te cubro en hombro con la frazada.

-mmmmnooo, hace calor-
-desde cuándo tan calurosa, señorita friolenta?-
-pero si hace calor po, abre la ventana porfis-
-me da flojera levantarme-
-yapo-
-después-
-yapo feo-
-anda tú-
-pero si tú estai más cerca-
-pucha pooo-
-yapo y te doy un besito-
-cha! quesaen de chantajes-
-quesaen de ser irresistible-

Me levanto y abro la ventana, no por darte la razón. Es verdad, hace bastante calor.

-quesaen de tenerte pa los mandaos, wajajaja-
-ooh, que desagradable la cabrita-
-te tengo dominado, igual que tu mami-
-blablabla-
-queda yogurt?-
-me lo comí todo anoche-
-maldito puerco-
-estaba ricoo-
-¿le pasaste el dedo?-
-sí-
-puchaa, ah pero ¿queda Chocapic?-
-sí, pero botado en el suelo-
-ah, igual pos, lo devolvemos a la caja y listoco-
-cochina, no cachai la regla de la comida que se cae al suelo acaso?-
-no, ¿cuál es esa?-
-la regla dice que si la comida que se cae pasa más de 3 segundos en el suelo, ya no se puede recoger-
-pfffffffffff, ¿quién inventó esa regla tan descriteriada?-
-ya, cómo no lo cachai, es cultura general-
-wajajaj, está en la constitución?-
-así es-
-vas a ver lo que hago con tu regla-

Te levantaste rápidamente de la cama y te pusiste a recoger todo el Chocapic del suelo. Yo me reía nomás.

-miren a la niñita, tiene hambree-
-"miren a la niñita, tiene hambreee"-repetiste con tono de burla.
-pooobrecita, no le dan comida en la casa-
-mira, llevo 152 cereales recolectados, y tú queriai botarlos-
-hágamos algo, te doy un beso por cada cereal que haya en esa caja-
-ya! pero ¿me los puedo comer igual después?-
-nopo-
-ah, entonces anda a darle tus besos a la señora de la esquina-
-prefiero comer cereal del suelo-
-qué esperas para ayudarme?-

Ganaste. Como siempre. Te ayudo a recoger, mientras me miras con la misma cara de felicidad que tienes cuando me comprometo con tus nobles y curiosas causas.

El viento mueve la cortina, la cortina dibuja figuras en el techo, las figuras tienen forma de cereal y tú de 10 Chocapic recogidos te comes 2.




jueves, 9 de agosto de 2012

Capítulo 43: ¿Hablemos de Amor?


(continuación del capitulo anterior)

Desde el borde de la cama me miraste y nos quedamos en silencio esperando a que uno de los dos dijera la primera palabra. Movías tu pie derecho en pequeños círculos. Sacaste de tu bolso una caja de Chocapic.

-¿quieres?- me dijiste estirando la caja hacia mí.

Saqué un montón  de Chocapic con mi mano izquierda, me los llevé a la boca, quedaron algunos fuera. Con mi otra mano tomé el yogurt de plátano sobre mi velador y tomé un poco. Dentro de mi boca se mezclaba todo y con mis dientes molía cada uno de los cereales. Te ofrecí el yogurt. Hiciste lo mismo que yo.

Me agaché hacia tus pies que ahora se movían en conjunto. Desaté los cordones y te quité las zapatillas. Me miraste y sonreíste como cuando uno lo hace y lo intenta disimular pero no lo logra. Tiré las zapatillas bajo la cama y tú te metiste bajo las frazadas. Te imité. Me miraste un buen rato. Yo te miré también. Ambos no pudimos evitar las sonrisas en nuestra cara. Yo abrí fuego.

-idiota-
-aweonao-
-estúpida-
-sacowea-
-imbécil-
-feo culiao-
-bonita-
-aaaaaaaaay-
-qué tanto “aaay”-
-tú que me dai rabia-
-tssss, y tú?-
-yo me porto bien-
-ya-
-oye-
-qué-
-hablemos-
-¿hablemos de amor?-
-sipo, de amor-
-yapo-
-ya, mira. No entiendo por qué te fuiste corriendo como una nena el otro día-
-ah, claro, seguro me iba a quedar a ver el espectáculo que tenías con tu amiguito-
-¿espectáculo? Te pasaste-
-bueno, el besuqueo po-
-qué????!!!!!-
-ahora lo vai a negar-
-oye, estai loco, no nos dimos ningún beso, el loco quiso pero yo nunca quise-
-¿y entonces que vi?-
-tú entraste cuando este loco se estaba acercando a mí, pero no pasó nada-
-y por qué no me paraste cuando me iba para explicarme eso, nos hubiéramos ahorrado todos estos días enojados-
-porque no voy a andar corriendo detrás de nadie, menos de alguien tan taimao y pasao a rollo como tú-
-ah, ya ahora la culpa es mía, como siempre-
-no, no sé si hay culpa, fue todo un malentendido nomás-
-pucha, esperé que me llamaras y nada-
-pucha ya perdón, igual tenís razón-
-por fin tengo la razón una vez en la vida-
-yaaaa tonto sopenco, oye estai lindo-
-blablabla-
-mírame-
-qué-

Me diste el beso más lindo y más esperado de todos los besos. La caja de Chocapic cayó desde la cama y se escuchó como se desparramaba el cereal por todo el suelo. Prendiste la radio mientras me besabas (vieja técnica tuya), empezó a sonar una canción bonita. Quise acordarme del nombre, pero no pude, soy hombre y puedo concentrarme en hacer una cosa a la vez.

-cómo se llama esta canción- me preguntaste.
-eso mismo estaba pensando-
-oye-
-qué-
-te amo-
-yo también-

Un perro ladró a la distancia. Otros varios le siguieron en coro. Un auto frenó. Se escuchó la sirena de los bomberos, ¿o de la ambulancia? No tengo idea. Te miré a los ojos y ordené tu chasquilla hacia un lado. Puse tus pelos rebeldes sobre tu oreja y te escondiste en mi cuello.

-piedra angular-
-qué cosa?- pregunté recorriendo con el dedo índice el camino de tu nuca al hombro derecho.
-piedra angular, así se llama la canción-
-ah, verdad-
-¿cuántas vueltas más nos tendremos que dar?-
-para que nos pongamos a vomitar?-
-no calza pooo-
-ay-
-oye-
-qué-
-mmm no nada, se me fue-
-cállate un rato será mejor-
-sí, verdad-