jueves, 18 de agosto de 2011

Capítulo I: El Colo-Colo ya está eliminado.

Una mosca está quieta en el techo de mi pieza, justo arriba de mi cabeza. Si el insecto tuviera un infarto en este momento, caería repentinamente sobre mí. Pienso en si las moscas sufren infartos, voy a preguntarte pero me doy cuenta que duermes profundamente. Trato de que mi corazón no salte tanto para así dejarte descansar, aunque nunca te has quejado de mis latidos. ¡Ah, sí! Una vez me dijiste:

-¡oye, tonto. Deja de respirar!-

Yo me apreté la nariz e inflé mis mejillas como si fuera a sumergirme en el agua. Tu cuenta iba en un minuto y 36 segundos cuando no aguanté más y comencé a respirar desesperadamente. Te reíste por un buen rato, luego tomaste tu guitarra y tocaste una canción de Los Prisioneros que nunca recuerdo el nombre. En el momento en que venía el coro yo estaba listo para cantar, pero tú cambiaste bruscamente a los acordes de una canción que nunca he sabido cuál es y creo que tú tampoco lo tienes claro.

Pienso en eso mientras percibo los latidos de mi corazón. Unos bocinazos que vienen de la calle te despiertan. 

-¿qué es?- me preguntas.
-Es que ganó el Colo-Colo- 

Levantas la cabeza y me miras fijamente con tus grandes ojos. Pasan tres segundos infinitos y luego te largas a reír.

-tonto, el Colo-Colo ya está eliminado- dices con voz burlona.
-pero siempre es tiempo de celebrar-
-salud entonces, compañero-

Sacas el vino tinto de abajo de mi cama. Te pregunto si puedes hacer un barco con la boleta de la farmacia que está sobre el velador para meterlo dentro de la botella.

-para eso hay que tomarse el vino primero y todavía nos queda la mitad- respondes con ese tono juguetón que tanto me gusta.

El tinto empezó a bajar rápidamente mientras pensábamos en palabras que rimaran con "muchedumbre". "Cumbre" dije yo, tú dijiste "alumbre".

Al rato, había una botella de vino vacía con un barco de papel en su interior y tú estabas escuchándome el corazón apoyada en mi pecho.

-tu corazón me dice puras cosas cochinas-
-tssss, qué más querís- te pregunto con seriedad.
-quiero que me cante como Aaron Carter-
-devuélveme el cassette de los Backstreet Boys será mejor-
-estai loco, cada vez que salgo con mi hermana lo ponemos en el auto-
-¿te lo grabo?-
-regálamelo- dices con ternura.
-no-
-sí-
-nooo- repito decididamente.
-oye-

-¡qué!- 
-te quiero-
-yo también oh-
-pero no tanto como a Howie D-

-cállate-

-TILLO-
Martes, 28 de julio de 2009 (23:11:23)

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