(continuación del capitulo anterior)
Desde el borde de la cama me miraste y
nos quedamos en silencio esperando a que uno de los dos dijera la primera
palabra. Movías tu pie derecho en pequeños círculos. Sacaste de tu bolso una caja
de Chocapic.
-¿quieres?- me dijiste estirando la caja
hacia mí.
Saqué un montón de Chocapic con mi mano izquierda, me los
llevé a la boca, quedaron algunos fuera. Con mi otra mano tomé el yogurt de
plátano sobre mi velador y tomé un poco. Dentro de mi boca se mezclaba todo y
con mis dientes molía cada uno de los cereales. Te ofrecí el yogurt. Hiciste lo
mismo que yo.
Me agaché hacia tus pies que ahora se
movían en conjunto. Desaté los cordones y te quité las zapatillas. Me miraste y
sonreíste como cuando uno lo hace y lo intenta disimular pero no lo logra. Tiré
las zapatillas bajo la cama y tú te metiste bajo las frazadas. Te imité. Me
miraste un buen rato. Yo te miré también. Ambos no pudimos evitar las sonrisas
en nuestra cara. Yo abrí fuego.
-idiota-
-aweonao-
-estúpida-
-sacowea-
-imbécil-
-feo culiao-
-bonita-
-aaaaaaaaay-
-qué tanto “aaay”-
-tú que me dai rabia-
-tssss, y tú?-
-yo me porto bien-
-ya-
-oye-
-qué-
-hablemos-
-¿hablemos de amor?-
-sipo, de amor-
-yapo-
-ya, mira. No entiendo por qué te fuiste
corriendo como una nena el otro día-
-ah, claro, seguro me iba a quedar a ver
el espectáculo que tenías con tu amiguito-
-¿espectáculo? Te pasaste-
-bueno, el besuqueo po-
-qué????!!!!!-
-ahora lo vai a negar-
-oye, estai loco, no nos dimos ningún
beso, el loco quiso pero yo nunca quise-
-¿y entonces que vi?-
-tú entraste cuando este loco se estaba
acercando a mí, pero no pasó nada-
-y por qué no me paraste cuando me iba
para explicarme eso, nos hubiéramos ahorrado todos estos días enojados-
-porque no voy a andar corriendo detrás
de nadie, menos de alguien tan taimao y pasao a rollo como tú-
-ah, ya ahora la culpa es mía, como
siempre-
-no, no sé si hay culpa, fue todo un
malentendido nomás-
-pucha, esperé que me llamaras y nada-
-pucha ya perdón, igual tenís razón-
-por fin tengo la razón una vez en la
vida-
-yaaaa tonto sopenco, oye estai lindo-
-blablabla-
-mírame-
-qué-
Me diste el beso más lindo y más esperado
de todos los besos. La caja de Chocapic cayó desde la cama y se escuchó como se
desparramaba el cereal por todo el suelo. Prendiste la radio mientras me
besabas (vieja técnica tuya), empezó a sonar una canción bonita. Quise
acordarme del nombre, pero no pude, soy hombre y puedo concentrarme en hacer una cosa a la vez.
-cómo se llama esta canción- me
preguntaste.
-eso mismo estaba pensando-
-oye-
-qué-
-te amo-
-yo también-
Un perro ladró a la distancia. Otros
varios le siguieron en coro. Un auto frenó. Se escuchó la sirena de los
bomberos, ¿o de la ambulancia? No tengo idea. Te miré a los ojos y ordené tu
chasquilla hacia un lado. Puse tus pelos rebeldes sobre tu oreja y te
escondiste en mi cuello.
-piedra angular-
-qué cosa?- pregunté recorriendo con el
dedo índice el camino de tu nuca al hombro derecho.
-piedra angular, así se llama la canción-
-ah, verdad-
-¿cuántas vueltas más nos tendremos que
dar?-
-para que nos pongamos a vomitar?-
-no calza pooo-
-ay-
-oye-
-qué-
-mmm no nada, se me fue-
-cállate un rato será mejor-
-sí, verdad-
No hay comentarios:
Publicar un comentario