Despierto con el sol en mi cara. Cierro
los ojos y veo manchas rojas que no se van al volver a abrirlos. Me duele la
cabeza. No me acuerdo a qué hora me quedé dormida, pero estoy vestida aún, lo
que indica que me tiré así nomás a la cama y morí. Veo el celular, ni mensajes
ni llamados con tu nombre. Ningún indicio de arrepentimiento, aunque no sé si alguno
tiene que hacerlo. ¿Lo de ayer es culpa de alguien? ¿Quién debe acercarse al
otro ahora? Nunca tengo claras esas cosas, debe ser por mi orgullo. Igual creo
que no era para tanto, creo que igual le pusiste color. Como siempre. Eres el
más picado de la historia. A mí me gusta imaginar cosas, y obvio que lo haré
con lo “nuestro”. Ya me conoces, no deberías taimarte. Ahora, si no me toleras
así, estamos en problemas.
Me meto al Internet. Ya es costumbre entrar altiro a Facebook, creo que es hasta un poco enfermizo, más si lo dejaste
como pagina inicial. Todos los días lo mismo, ver fotos, comentarios, me
gustan, no me gustan, las biografías, las portadas, los pelambres, las maracas,
etc, etc. La vida misma, pero de mentira. Todos aparentando cosas, amigos que
no son tus amigos. Debería cerrar mi cuenta. Lo he hecho 6 veces ya. Creo que
el bichito ya está en mí. No me lo podré sacar nunca en la vida. Pronto
tendremos una aplicación Facebook en
nuestras cabezas.
Veo tu perfil. Ninguna actualización. Tengo
una solicitud de amistad. Mish. Seguro debe ser un tipo de Afganistán, o de Egipto,
típico que te agrega gente con nombres raros que no sabes si existe o no. Es el
Demetrio. El niño que estuvo viviendo en mi casa para el terremoto. Lo
aceptaré. Mmm. Si lo hago de seguro voy a tener otra discusión contigo. Mmm. No
tengo por qué no agregarlo. Nunca pasó nada con él. Ay, qué imbécil todo. Tanta
importancia que le damos a esta lesera del Facebook.
Que si me eliminan me enojo, que si no me aceptan me pico, que si me agregan me
hago la importante, si me bloquean, ídem. Insisto, debería cerrar mi cuenta.
Hago click en aceptar. Inmediatamente veo
su perfil y sus fotos. Hago ese clásico ejercicio de sacarle el rollo a la
gente por ver unas cuantas actualizaciones y unas tantas fotos. Igual es súper
fome el Facebook de Demetrio.
Canciones típicas de grupos típicos, fotos con botellas de cerveza en la mano,
le gustan Los Simpsons, le gusta Pamela Anderson, ¿no será muy de los ’90
ella? ¡Ah no! Es que no podís. Donde dice Citas favoritas, Demetrio puso: “en un lugar con música donde podamos
conversar”. No hay cosa que me de más risa que la gente que pone eso en vez
de una frase famosa.
Cierro el Facebook. Cierro los ojos. Muevo mi cuello suavemente, tengo un
dolor jevi. Me duele un poco. Quisiera un masaje tuyo. Hace mucho calor. Me
comería un helado. Si compráramos sería uno de agua para mí, uno de leche para
ti. Que tonto es discutir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario