jueves, 18 de agosto de 2011

Capítulo V: Manual del aviador.

Recuerdo hoy en la tarde cuando llamé a tu casa y me contestó tu mamá. Me dijo que estabas durmiendo, que tuviste un pésimo día y que te dolía la cabeza. No te quise molestar llamando a tu celular, y hasta ahora que van a ser las doce y media de la noche no he sabido nada de ti. No te vi conectada. Te escribí un correo reponedor de ánimos de esos con que me gusta invadir tu bandeja de entrada.

El plan para hoy era sacarle punta a todos esos lápices viejos que tengo repartidos en 6 estuches distintos. Me creerás que no toqué un sólo lápiz, porque nuestras "tareas" son sagradas y de ambos. Nunca pasaría por sobre esa regla que tú inventaste.

No sabía qué hacer hoy por la tarde, así que inventé un juego de dados y fichas. Sé que te va a encantar. Es con puntajes y muchas sorpresas.

Fui al refrigerador y vi que todavía nos queda helado. Me dieron ganas de comer pero no quise hacerlo solo. Volví a mi pieza. Dormí una hora que me pareció eterna. Soñé que estaba en la guerra.

Piloteaba un avión que dejaba una estela de humo verde. En los controles tenía teclas de piano que se prendían de rojo al tocarlas. Iban otros aviones a mi lado y yo escuchaba las órdenes por un parlante rojo con forma de manzana. De pronto, veo unos puntos negros que se acercan en el horizonte.

Por el altavoz escucho a alguien decir que son nuestros enemigos y que hay que derribarlos cueste lo que cueste. Pero yo no sé cómo disparar. Abro un cajón (sí, así como de mueble) y encuentro un libro que dice "Manual del aviador" y al lado una pistola con una tarjeta de navidad amarrada a ella. La leo: "En caso de pánico presione el gatillo sin miedo. Feliz navidad".

Tomo el manual y lo hojeo. En una página y con tipografía Impact advierte: "si lee el manual mientras vuela presione el botón de píloto automático". Busco en el panel de control y encuentro un botón, pero de esos de ropa. Lo presiono y una voz robótica femenina dice "píloto automático activado".

Miro el índice del manual y voy al capítulo de "Cómo destruir a su enemigo en 15 pasos". Hay unos dibujos muy raros y no entiendo mucho. De pronto, miro afuera y mis compañeros aviadores ya están disparando a sus contrincantes. Veo mi horizonte y un avión se dirige hacia el mío. La nave enemiga viene dejando una estela de humo violeta. Yo me acuerdo de ti y tengo un extraño presentimiento de que tú estás en ese avión. Vienes directo hacia mí y vamos a estrellarnos. No encuentro los controles de ataque, aún queda la posibilidad de que el piloto no seas tú, pero ya estoy casi seguro de que sí lo eres. Cuando intento mover el volante recuerdo que está en automático y no puedo darle dirección a mi nave. Presiono el botón con forma de botón de ropa, éste se desprende y se queda pegado en mi dedo. La voz robótica me dice "felicidades, ahora pide un deseo".

Empecé a desear que fueras tú, que fueras tú.

El avión está más cerca y de pronto se eleva y pasa por sobre mi cabina dejando frente a mí una nube violeta. Cuando el humo se desvanece veo a lo lejos al avión del humo morado que dibuja un corazón en el cielo. La voz de robot me dice "vamos directo a ese corazón". Mi nave cambia la dirección para atravesarlo justo en el medio. Despierto.

Sentía mucho frío pero tranquilidad al mismo tiempo. Pensé que estabas mejor, descansando y que te haría bien dormir y no pensar en nada.

Ahora, son las una de la mañana y vibra mi celular. Es un mensaje tuyo. Leo: "me duele la guata y la cabeza, quiero tus cariños, buenas noches". Suspiro. Dejo los estuches en su lugar.


-TILLO-
Jueves, 30 de julio de 2009 (21:58:23)

No hay comentarios:

Publicar un comentario